Consejos (Para lograr un buen proyecto)

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Parece algo lógico, no? Pero lamentablemente en algunos casos no lo es.
Especialmente cuando la agencia, el diseñador o el cliente tienen un bajo control de su orgullo (errado o no).
Este es uno de los problemas más habituales a la hora de buscar un entendimiento entre lo que se quiere o busca y lo ofrecido. Sin importar cuanto creas que sepas, seas el contratante o el contratado, ambas partes deben hablar en lenguaje claro y entendible. Exponiendo lo más claramente posible lo que se busca – en el caso del contratante, y como lograrlo – en el caso del contratado.
Una de las cosas más desagradables a la hora de trabajar, hablando del lado de los diseñadores, programadores o cualquier trabajo que tiene involucrado la creación, son los clientes que saben todo y más que todos. Y ciertamente el dicho popular reza: “El cliente siempre tiene razón”, cuando en ciertas ocasiones puede no llegar a ser así.
Nosotros también hemos sido clientes y lo seguiremos siendo, por lo tanto sabemos de qué te hablamos. Si eres de esos clientes cuyo primer comentario es que “tienen un amigo computín” o un hermano “Ingeniero en computación” o que tu “programas como los dioses” pero le encargaste el trabajo a un tercero porque “no tienes tiempo”, por lo tanto sabes de que hablas, créenos cuando te aconsejamos que será mejor que tu trabajo se lo des a ellos, porque si buscamos la ayuda profesional de alguien, en todo orden de cosas, es primordial que ambas partes actúen como un igual, como un complemento. Jamás disminuyendo el trabajo del otro.

En el diseño por fortuna, la amplia gama de opciones prácticamente no tienen fin. Ya que la creatividad y el conocimiento son herramientas cuyo único límite es la capacidad de cada uno.
Entonces, si eres un cliente que busca la ayuda profesional de un tercero, intenta tener lo más claro posible tu meta, lo que buscas, etc. Y no hablamos de colores o de imágenes, hablamos del todo. Si buscas un sitio web que se parezca a otro, déjaselo saber a tu diseñador antes de que él te presente las muestras, ya que en caso contrario estará preparando trabajo para nada.
(Es por esto que muchas agencias o diseñadores particulares siempre preguntan antes y el “no sé” o “ahí vemos” no es una respuesta satisfactoria, ya que detrás de cada ejemplo hay trabajo de por medio).

Bajo todo orden y toda regla, los tiempos son algo vital. En el presupuesto encargado para tu nuevo proyecto, por lo general se incluirá el tiempo que tardará el trabajo solicitado, el cual claramente se podrá extender previo acuerdo entre las partes, pero por lo general no podrá superar lo descrito en los términos y condiciones fijados en la web de cada agencia o diseñador particular. Estos tiempos suelen iniciarse cuando el cliente envía toda la información requerida y no podrán superar los plazos fijados en los estatutos mencionados anteriormente. En palabras simples: Si has encargado un nuevo proyecto y no sabes cuándo tendrás la información requerida o si tienes algunas cosas a medio terminar, siempre déjale saber a tu diseñador sobre esto en primer lugar, ya que algunas empresas son estrictas con estas reglas, si las superas sin motivo alguno, por desidia o porque “el cliente siempre tiene la razón” por lo tanto no se antoja cumplir, tu nuevo proyecto podría ser suspendido hasta que, de acuerdo a los términos de cada agencia, se cumpla con el pago íntegro o un porcentaje extra por retraso, para retomar el trabajo nuevamente hasta que este llegue a su fin.

Como mencionamos en el punto anterior, esto es tremendamente importante.
Mucha gente comete el error, si, error –  algo que todos cometemos a veces – de pensar que podrán ir enviado las cosas de acuerdo a sus tiempos y esto por lo general no es así. Las agencias o diseñadores suelen tener o presentar el tiempo total que les tomará llevar a fin tu proyecto, por lo tanto estos se guiarán según esa información, si no les avisas en primer lugar que no tienes todo lo necesario, como lo comentamos anteriormente, es posible que tu proyecto sea suspendido y se apliquen las clausulas fijadas en los términos y condiciones.
Algo no menor en este punto, son los cambios al diseño. Por lo general cada agencia o diseñador debe dejar en claro en su sitio (Términos de servicio o Planes) o en el presupuesto, la cantidad de cambios que incluye el trabajo solicitado. Algunos los fijan de acuerdo al plan contratado u otros lo hacen de acuerdo a cada caso en particular. Si tu plan, por ejemplo, incluye 5 cambios de diseño (a la propuesta que te entregó tu diseñador y que aceptaste para continuar trabajando en ella) y pides un sexto cambio, es muy posible que tenga un cargo extra (esta información también debiera estar publicada en la web de la agencia o del diseñador). Muchas veces, el primer cambio sobre el total permitido no se cobra (sobre todo con los diseñadores particulares, que suelen tener una relación más informal pero no menos profesional con su cliente), pero si ya pides 2, 4 o más, entonces ciertamente el costo se incrementará. Lo que llevará consigo una prolongación en la entrega de tu proyecto. No es lo mismo entregar una web de 5 páginas de contenido que una de 30 páginas o una tienda electrónica de 10 productos que una de 50, por poner un ejemplo.
Lo mismo en cuanto a las funciones. Si tu plan incluye X cantidad de cambios en la funcionalidad, guíate por ello para saber qué plan contratar. Porque si sobrepasas lo contratado, podrías tener un cargo extra. Por lo que siempre es importante consultar con tu diseñador lo que quieres antes de fijar el plazo y el costo final.
Si durante el desarrollo del proyecto te dieron ganas de que tu web por ejemplo, tenga una opción de validar las compras y no estaba incluido, entonces lo más seguro es que tenga un costo extra.
Si te piden (y pagan) por construir una casa con 4 habitaciones y finalmente te piden que tenga 5 habitaciones y una sala de baño extra, el costo se incrementará, no es así? Ya que no solo es agregar más cantidad, también conlleva más cañerías, más conexiones, nuevas dimensiones, etc. Lo mismo ocurre en el diseño. Eso de “una cosita pequeña” a veces en diseño o programación lo que menos tiene es de “cosita pequeña”.

Lo más usado en la actualidad es la modalidad de abono y pago final. Se fija un porcentaje inicial al momento de iniciar el trabajo y el saldo restante se tendrá que pagar al momento de la entrega del proyecto. Esto puede parecer lógico, pero a veces no lo es, algunos clientes alargan el tiempo de la entrega del trabajo por la razón que estimen pertinente, algo que va en contra de los términos y condiciones de muchas agencias e incluso de los diseñadores particulares. Si esto llega a ocurrir, la agencia o el diseñador tendrán plena protestad sobre el trabajo, sin importar que hayas cancelado el 50%, ya que el trabajo involucra el total, no una parte de este. Por lo tanto, porque lo hemos visto muchas veces, sobre todo con las agencias más grandes, es posible que tu proyecto pase a suspensión, requiriendo el importe total para la continuidad del trabajo y claramente, la entrega de este. Aunque por algún motivo que no sabemos, mucha gente piensa que el tema del diseño es algo que se entrega y que luego se paga posterior, esto no es así. Imagínate vas al supermercado, bajo ningún punto puedes llevarte el carro a casa lleno de cosas, darles uso, etc. Y luego volver a pagarlas o pedir que te las cambien porque de buenas a primeras, no te gustó el sabor de algo, ilógico, no?
Recuerda, tu orden involucra el 100%, no una parte de ella a elección o modificable durante el camino por simple apetencia de una de las partes. Esta demora en el pago final también puede revocar todo acceso temporal que tengas a la administración de tu web o a cualquier cambio que quieras seguir pidiendo. Lo mismo aplica para las obras terminadas que están pendientes de pago. La única forma de mover a tu cuenta de hospedaje el trabajo solicitado y que tengas pleno acceso a tu nuevo proyecto de diseño (virtual o físico), es cumpliendo con el monto total acordado previamente.
Recuerda que detrás de cada trabajo de diseño hay conocimiento, tiempo de aplicación y creatividad.

Si para ti el tiempo de otros es algo de segundo o tercer orden o si eres de los que piensa pagar el trabajo terminado de acuerdo a tus tiempos (Y no lo informaste desde un principio), entonces será muy complicado que consigas un trabajo profesional y una buena relación post entrega de tu orden.

Veamos algunos ejemplos de personas con quienes felizmente decidimos no trabajar, en lenguaje plano y cotidiano (Tecnicismos no será usados a continuación):

I. «Si yo digo que se paren de cabeza, el resto lo tiene que hacer»
Hace un tiempo nos topamos con una persona que nos comento aquello. Más allá de pensar que su cuna no es precisamente la mejor y que piensa que su cantidad de dinero (Por lo genera heredado) le da la educación y modales que claramente acá son bajos o nulos, creemos que nos es sano trabajar con personas de rozan el Olimpo terrenal.
Gracias a Dios la decencia no se compra, ni la clase, al igual que un titulo de primer nivel y menos los modales.

Por elegir alguno:
Despota: m. y f. Persona que trata con dureza a sus subordinados y abusa de su poder o autoridad

II. «Por qué me escriben, si saben que terminaré la h….y les pagaré sus h…»
Dentro del gran catálogo, estos personajes son bastante comunes.
Comienzan un proyecto a 150 km/h y lo terminan a 1 km/h. La primera reunión (presencial o telefónica) juran a pies juntillas que su responsabilidad, compromiso y normas pasan toda prueba.
Pero durante el desarrollo del proyecto se caen a una velocidad (V = Vo +- gt) que claramente impresiona al resto pero no a ellos, porque su discurso es para los demás algo novedoso, ellos saben que su andar a 1 km/h es su conducta habitual.
Es cierto, nosotros actuamos mal al recordarle a un cliente (de buena manera, por supuesto. Y guardamos cada correo para certificar lo que decimos) que debe enviar tal o cual dato o que por nuestra parte todo está listo. Mal estamos, por pensar que en 5-10-15 días alguien no puede responder un correo, Dios nos perdone!

III. «Tengo tantas cosas que hacer, lo demás puede esperar»
El pensamiento básico es: «Entonces para que comenzó otra cosa que no puede terminar?». Detrás de tu trabajo, del nuestro, del de todos, existe tiempo/trabajo/creatividad/esfuerzo. Tus retrasos, tu desidia o tus «esto es de tercer orden», solo retrasan el trabajo de los demás. Y, por qué no decirlo, también hay compromisos involucrados. El pago a diseñadores, programadores, gente creativa o a una persona que simplemente se le debe respetar porque está ofreciendo un servicio que tu fuiste a buscar. El respeto es reciproco, si no se entiende algo tan simple, pues…Que más se podría agregar, no?

Reciprocidad: f. Correspondencia mutua de una persona o cosa con otra.

IV. «Soy más grande que Jesús»
Jejeje, no!

El entendimiento, la educación, los modales, la comprensión y el no pensar que tu labor y postura en la vida pasan por sobre otras, es lo que permite hacer bien las cosas, de manera correcta y a tiempo.

«Demasiado de nada, siempre será desmesurado para todo»

 

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